Se que os dije que volveríamos en Septiembre.... pero no he podido resistirme a la tentación de publicar esta receta, no solo porque para me sabe y me recuerda al verano, sino por la carga sentimental que siempre la acompaña. Se que me disculpareis.....eso si, las novedades llegarán en Septiembre.
El Ajoblanco malagueño es un clásico de las sopas frías del verano que no quería que faltase en el blog, porque además, como ya os he anticipado, siempre que lo preparo me acuerdo de Begoña, Paloma, Ana y Alicia, las hermanas Fernández-Villarán, que ellas son del mismo centro de Bilbao, pero viven ya desde hace muchos años en Nerja.
El Ajoblanco se prepara con almendras, aceite, sal, vinagre, miga de pan y agua, y resulta de lo mas refrescante en estos días de calor.
Lo fundamental es disponer de unas almendras frescas de calidad, y si puede ser escaldarlas y pelarlas.
La receta es de lo mas sencilla no precisa mas que de una buena batidora, así que vamos con ella:
INGREDIENTES:
- 200 gr. de Almendras de calidad.
- 2 dientes de ajo sin germen.
- 100 gr. de miga de pan blanco.
- 100 ml de aceite de oliva virgen extra.
- 50 ml de vinagre.
- 1 litro de agua fría aproximadamente.
PREPARACIÓN:
Si tenemos almendras frescas, las cascamos y con su piel marrón, las escaldamos un par de minutitos. Con paciencia y cuidado vamos retirando esa piel oscura ayudados de una puntilla. Reservamos.
Entre tanto ponemos la miga de pan a remojo con el vinagre y un poco de agua fría.
ponemos las almendras que teníamos reservadas, los dientes de ajo, la sal, la miga de pan remojada con el vinagre y trituramos a velocidad 10 o máxima potencia, hasta obtener una pasta homogenea.
Si es preciso, añadimos un poco de agua fría y volvemos a triturar, con el fin de que esa pasta no quede como un engrudo agarrada a las cuchillas.
Obtendremos una mezcla espesa y homogenea. Añadimos el agua fría restante al gusto, para que nos quede un liquido blanco ligero.
Llevamos a la nevera para que enfríe bien y servimos acompañado de unas uvas, melón o migas de jamón. Refrescante y delicioso.
Un plato que no puedo sino dedicárselo a todas las "Tamango Hill bloggers" y en especial a quien hace posible esos encuentros, las hermandas Fernández-Villarán.
VIRGINIA